martes, 27 de octubre de 2009

• Sensaciones


…Y entonces el tiempo se detuvo. El frenesí hizo una pausa, y mientras ambos intentábamos acompasar nuestras respiraciones, nuestros ojos se encontraron. No podría decir qué pasaba por su mente, o si estaba tan metido en mis ojos como yo en los suyos, que daban la sensación de que podría traspasarme en cualquier momento. Como si pudiera ver dentro de mi. Pero yo simplemente no podía apartar la mirada de la suya, y entonces ideas me golpearon…


Que sólo con él podría haber sentido algo así

Que sólo con él valía la pena desafiar al mundo

Que sólo a él podían pertenecer mis besos, mis caricias y mis afectos

Que sólo a él podía yo abandonarme

Y que ÉL era el único


Así pues, como si de verdad pudiera leer mi pensamiento, o tal vez porque su mente no iba lejos de la mía, sus labios buscaron los míos, que volvieron al juego. Pero sus manos antes colocadas amablemente en mi cintura ahora me sujetaron con firmeza, reclamando lo que era suyo. Mis brazos se aseguraron a su cuello mientras él me tumbaba en la cama, de la cuál hasta ahora sólo habíamos ocupado una pequeña parte.

Y como sólo podría ser, me abandoné a él, comenzando donde alguna vez acabó un sueño.


Para mi amor, David

antes, ahora y siempre

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