
Ella y yo, inseparables amigas con un solo propósito: divertirnos. No necesitábamos alcohol, y menos la ridícula humareda de un cigarrillo. Teníamos música, pero de haber faltado, teníamos nuestras voces y palmas. La ropa era ajustada, pero eso no nos impedía bailar. Los flashes saltaban a nuestro alrededor, pero nosotras ni siquiera hacíamos por posar. Las demás chicas criticaba, intentaban igualarnos, y soñaban con superarnos, pero no nos importaba. Los chicos nos seguían con la mirada, nos perseguían e intentaban acercarse, pero nosotras los ignorábamos.

No queríamos emborracharnos, aún así aceptamos unas copas de parte de unos tíos que ignoramos. No queríamos llamar la atención, pero no pudimos resistir bailar sobre la barra. No queríamos parecer unas zorras, pero los hombres fantaseaban con nosotras. No queríamos ganarnos enemigas, pero la envidia es perjudicial. No queríamos aburrirnos, deprimirnos ni llorar, así que no lo hicimos. No queríamos que la noche acabara!
Así que, mientras asomaba el sol por la ventana de alguna persona que había dormido aburidamente toda la noche, nosotras caminamos por las calles, sin parar de reír, buscando alguien que nos llevara a algún lugar donde siempre fuera de noche.
Y no volveríamos hasta que, algún día, muriera nuestra inmortal locura.
xoxo,
Damn Girl